Los científicos se dieron cuenta que la ingesta excesiva de alcohol causaba que la células estrelladas hepáticas trabajaran demasiado produciendo colágeno. Si bien esta molécula es beneficiosa a niveles normales ayudando a sanar heridas, en exceso causa tejido cicatricial. Luego los investigadores se dieron cuenta de que las células sólo producían colágeno en respuesta a la señal química producida por una proteína de nombre RSK, así que bloqueando dicha proteína, pudieron detener el avance de las enfermedades al hígado. La gran sorpresa vino luego, cuando notaron que el órgano era también capaz de regenerarse.
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